Tenía muy claro que el post de esta semana (como ahora estoy de campamentos es más difícil escribir) iba a ser de ese curso de coordinadores que, por fin, ha terminado. Pero tengo aun más claro que mi blog lo creé para hablar de cosas importantes. Y, la verdad, narices torcidas a parte, ese curso no me interesa lo más mínimo, ni las evaluaciones escritas, ni las habladas ni las extracorpóreas. Solo decir que ha sido liberador porque no voy a tener que aguantarles never again. Aunque claro, ya sabemos lo que decía James Bond, así que habrá que estar alerta para sucesivas intromisiones donde desde hace mucho ni le llaman ni quieren que aparezca. Así que mejor que la gente se vaya a bailar a
dominios caducados que mi compañía ya tiene primera dama que por cierto, sí, es mucho más guapa que la
Guillem y sí, también, baila dentro de mi mejor que la la Fontaine.
Así que, olvidémonos de cosas intrascendentes, torcidas y desagradables y vayamos con lo importante. Porque esta semana he vivido cosas importantes, desde conocer al verdadero
Cody Maverick (esta pendiente esa playa cántabra y esa nieve) a una semana echándote de menos con reencuentro salvaje como Venom, tierno como Gwen e inolvidable como Stan Lee. Por cierto, la peli de Spiderman se merece post propio por lo defraudadora. En fin, una semana de trabajo, llena de niños, mensajes para guardar, surf, ingleses locos y un broche que... merece contarse:
Esto es una noche en la cual buscando para el Panda lo que no podía estar allí, nos encontramos a la más Ella que he conocido con Uno. No con Él. Y a Él le duele. Y si a Él le duele a Mi pues también. Y me jode, me jode que no exista Ella de verdad. Cada vez que pasa algo así me cargo de razones para pensar que la felicidad de Él no está en Ella. No en esa búsqueda en la cual cada día estoy más convencido de que Yo si he terminado pero en la que Él está dando vueltas y vueltas en un laberinto de faldas y tacones. Una búsqueda incesante y estéril de caras con piernas, cerebro y boca. Una búsqueda que, vosotras os lo habéis buscado por no ser como deberíais, va a desembocar en las llamas más ardientes del averno. Allí donde Belcebú se quema los pies, vais a caer rendidas, prendidas y trasquiladas. No será que no os lo advertí. Se admiten apuestas. La mía está más que clara. Por Tí.